miércoles, 20 de agosto de 2014

Papas con Babaganush y Ensalada cruda



En el caso de las líneas tántricas, con foco en la sensorialidad, la alimentación es un acto consciente y a la vez placentero,  lleno de matices y sabores.

El menú de hoy está armado para un practicante de línea tántrica, que permite la utilización de picantes, sin olvidarnos de los crudos, algo tan rico como las papas fritas y el toque gastronómico árabe a través de uno de sus purés típicos: el babaganush. Mi sangre libanesa hace que lo prepare de forma magistral y riquísima. Son muchas, muchísimas las cocinas y manos argentinas que cuentan con la misma carga genética. Y para hablar de dicha carga genética, y por ende de la influencia árabe pero no sólo en nuestro país, sino en el mundo occidental, cito las palabras del Dr. Jorge Rampelbergh al respecto:

"La península Hispánica fue una de las principales puertas de entrada de la civilización musulmana en Europa, donde el al- Andalus o España musulmana hizo las veces de puente por el que transitaron la cultura, la ciencia y las costumbres de los árabes rumbo al resto del continente.

(...)  Su influencia en la gastronomía todavía no ha sido reconocida como lo merece. El mundo islámico es un mosaico de tradiciones culinarias. Cada país tiene sus propias preferencias alimentarias. Hay tantos sabores y productos exóticos que se pueden degustar como tantos pueblos musulmanes existen a lo largo del mundo. Si el plato más popular de los marroquíes es el cuscús o couscous, basado en sémola, carne y verduras, los turcos prefieren los pinchitos de carne especiados, los tunecinos, el brik, o especie de hojaldre con un huevo adentro, y los libaneses el hummus, que es una pasta de untar basada en garbanzos y sésamo. Casi todos los países de la cuenca mediterránea acostumbran comenzar la comida con los mezze, o aperitivos a modo de tapas. Son muy variados: desde ensaladas agridulces y especiadas, hasta hojaldres fritos y rellenos, y purés de berenjenas y habas que se extienden sobre el pan a modo de sabrosos patés.

Aparte de las restricciones alimentarias impuestas por el Corán, que, por ejemplo, prohíben, entre otras, la carne de cerdo, los musulmanes disfrutan de la buena mesa y tienen una intensa cultura culinaria. Y más si se tiene en cuenta  que los países islámicos están situados, en general, en Oriente y en el Mediterráneo, y que en éstas regiones se valora enormemente el arte de cocinar. En el Islam, como en otras culturas, el compartir la mesa con amigos y familiares es un acto placentero, que sirve para crear lazos sociales. Nosotros también tenemos numerosas recetas de origen árabe. En al - Andaluz surgió toda una serie de modas gastronómicas, algunas importadas de Oriente. Por ejemplo, las albóndigas datan de entonces, y su nombre, del árabe "al bunduq", significa "la bola". Las frituras como los huevos fritos, las empanadas y el arroz con leche son de origen andalusí.

(...) En al - Andalus nació el ceremonial de mesa que hoy conocemos. Primero las entradas y ensaladas, después los platos fuertes y por último, los postres. Anteriormente, se tenía por costumbre servirlos todos al mismo tiempo.

(...) Desde la lejana India, la berenjena (bandinyana) llega a España para convertirse en una de los vegetales básicos de la dieta mediterránea. Fue tan apreciada que a los almuerzos a los que asistían numerosos y bulliciosos comensales se los llamaba "berenjenales".

Para enriquecimiento y fortuna de la cocina hispana y occidental introdujeron las alcachofas (jarshuf) y las espinacas, que usaban para evitar los malos olores de la carne; la sandía de Persia y el Yemén; el melón del Jorasàn; la granada de Siria; el higo de Constantinopla; los espárragos (al-isbiray), el limón (laimon), la naranja (del árabe naranya y éste del persa narangui). El limón y la naranja se usaban para conservar alimentos y con sus jugos elaboraban perfumes. Lograron aclimatar el membrillo, el albaricoque y otras frutas más que procedían de lugares remotos.

Por primera vez las verduras adquirieron importancia por sí mismas. Las asaban, las guisaban y las cocinaban para preparar purés, como el de habas. Las ensaladas, a base de lechuga, berros y toda clase de plantas silvestres comestibles, se aderezaban con aceite de oliva y se acompañaban con aceitunas verdes o negras, previamente maceradas en salmuera con hierbas aromáticas, a las que consideraban como estimulantes del apetito.

Condimentaron las comidas con canela de China, azafrán (az- za´faram, en persa safran) comino (kammun) jenjibre, sésamo o ajonjolí, cilantro, nuez moscada y anís (anisan).

Los cereales, base de la alimentación andalusí, no sólo se utilizaron para elaborar pan sino también gachas, sémolas y sopas. Introdujeron nuevas especies como el trigo negro, el trigo rojo y el tunecino.

El couscous marroquí, plato típico del Magreb traído por los almohades en el siglo XIII, ha pasado definitivamente a formar parte de la cocina internacional. La harira, sopa nacional de Marruecos muy rica en proteínas y vitaminas, es otro de los platos que ingresaron a Europa.

Combinando azúcar y frutas elaboraron jaleas, mermeladas y refrescos con sabor oriental, como el arrope(del árabe rubb, jugo), jarabes y siropes (sharub, bebida) y sorbetes.

Los xarab, de donde proviene la palabra "jarabe", fueron intensamente consumidos por los andalusíes. Era un verdadero cóctel de frutas, especias, flores y hierbas perfumadas y sabrosas.
(...) Intencionalmente, dejamos el café para el final. Cuenta la historia, de la cual existen varias versiones, que en el siglo VIII un camellero del Yemen tenía mucha dificultar para mantenerse despierto durante la noche leyendo el Corán. Observó que sus camellos, luego de comer los frutos coloreados del cafeto, se mantenían en constante movimiento. Probó los frutos y el sueño desapareció.
La historia se divulgó rápidamente por toda la península arábiga, especialmente en la ciudad de Mojas o Mokha, que logró celebridad por la manera de preparar café.
La voz árabe qahwa, a través del turco kahue, dió origen a la palabra café, que significa "fuerza", "vigor".

La planta de cafeto comenzó a cultivarse en el Yemen y en otros lugares de las altiplanicies de Etiopía. A finales del siglo XIII los sufíes yemenitas bebían una cocción de vainas de cafeto cuando necesitaban mantenerse despiertos para orar. En el siglo XV los peregrinos musulmanes que regresaban de La Meca difundieron el uso del café por el mundo islámico. Se bebía desde España hasta Estambul y desde Marruecos hasta el sur de Asia.

(...) El elevado costo de la importación hace que hoy se consuma poco café en el mundo islámico por lo que fue sustituido por el té, que se ha convertido en bebida popular. En Marruecos se bebe té verde servido en vaso grande con una hoja de menta o hierbabuena; en Irán, Turquía y Afganistán consumen el té de la India y Sri Lanka a cualquier hora del día (...).

Haciéndonos eco de éste  último punto, recomendamos que tras tan pantagruélica comida preparen una buena taza de té, si es de menta, ¡mejor!

Papas con Babaganush y Ensalada de Espinaca, Cebolla y Huevo

Ingredientes

4 papas grandes (1), 1 paquete de espinacas crudas, 1 cebolla mediana, 2 / 3 huevos duros y pisados, 2 berenjenas grandes,  1/2 cabeza de ajo, aceite de oliva, 1/2 limón, sal, pimienta, orégano.

Preparación

Para el babaganush

Lavar las berenjenas. Llevarlas a horno muy fuerte hasta que queden totalmente cocidas; otra opción es quemarlas al fuego directamente. Quitarles la cáscara y pisarlas hasta que queden hechas puré. Agregarles el jugo del limón, el ajo picado y el orégano. Salpimentar a gusto.

Para las papas

Cuando retiramos las berenjenas del horno, no lo apagamos. Personalmente, no hago frituras en casa, sólo rehogados. Por eso, aunque las papas de la receta son fritas, recomiendo que cada uno siga su gusto y preferencias. Yo las llevo al horno, con lo cual se cocinan en mucho menos aceite y por lo tanto resultan menos pesadas y engordantes. Dejo librada ésta parte del plato a elección del cocinero.

Para la ensalada

Reservamos el babaganush y mientras las papas se terminan de cocinar, lavamos la espinaca, la secamos y cortamos sólo los tallitos, dejando las hojas enteras. Pelar y cortar al medio y luego en medias  rodajas la cebolla. Mezclar las cebollas con los huevos picados y condimentar a gusto o dejar la mezcla al natural (que también queda muy sabrosa). Reservar para preparar la ensalada en cada plato.

Colocar en cada plato una porción de papas (fritas o bastón al horno (2)), un poco de babaganush  y en el espacio reservado para la ensalada, colocamos un puñado abundante de hojas de espinaca y disponemos por encima de ellas la cebolla mezclada con el huevo.

Llevar a la mesa y no olvidarse de preparar un té digestivo para el final.

María de la Cruz Rojo

Notas

Para leer el artículo completo (lo cual les recomendamos), sigan el siguiente link:

(1) Si resulta costoso o de mucho tiempo de elaboración el corte a mano, se puede recurrir a las máquinas que hoy en día preparan las papas bastón. El colmo de la holgazanería es sacar directamente del freezer el paquete de las bastón  (¡el cual es mi caso!).

(2)Nosotros les molimos pimienta negra por encima.

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