Hoy proponemos ésta receta por tres razones.
La primera es porque nos parece que los platos tibios que combinan
crudos y naturales son ideales en ésta época.
La segunda es porque su base, el revuelto de zanahorias de mi tía Marina
– una Catarinense de pura cepa- es uno de mis grandes favoritos; como toda
brasileña que se precie, está llena de recetas
propias súper sencillas y ricas que conforman la constelación de
acompañamientos de la mesa brasileña típica.
La tercera es porque cumple a la perfección con las reglas del maridaje:
los platos deben tener algo de crocante y algo de blando, texturas que resalten
por contraste y que así estimulan a las glándulas salivares. Al servirlo,
debemos considerar el equilibrio de colores, su ubicación y las ya mencionadas texturas.
A su vez aporta fibras, proteínas y betacarotenos, vitaminas del
complejo B, hierro y potasio.
Alcauciles sabrosos
Ingredientes
6 alcauciles tiernos, 2 cebollas pequeñas cortadas en aros finos, 5
zanahorias ralladas, jugo de un limón, 4 huevos, 1 cucharadita de orégano, 3
cucharadas de aceite, sal a gusto.
Preparación
Lavar los alcauciles y frotarlos con el limón. Colocarlos en un
recipiente de vidrio o loza con agua y sal. Colocar en una cacerolita y cocinar
unos 15´, retirar, verificar si están blandos, escurrir y enfriar.
Rehogar la zanahoria en el aceite e incorporar la sal y el orégano.
Tapar unos 3´a 5´. Adicionar los huevos y revolver hasta que se cocinen.
Disponer en una fuente el revuelto de zanahorias. Colocar
decorativamente encima los aros de cebolla y los alcauciles.
Notas
Si no encontramos alcauciles naturales podemos recurrir a lo enlatado.
En éste caso, también se frotan con
limón y se dejan en agua con sal para luego escurrirlos, esto es para que pierdan el exceso de aceite.
María de la Cruz Rojo
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