Si bien en casa el jugo de naranjas y pomelos recién exprimido es moneda
corriente y consumido por todos durante todo el año, un recurso para cuando los
pequeños vegetarianos se encuentran en épocas en las que están rehacios a comer frutas, es incorporarlas
camufladas en otros alimentos, aunque no es un recurso 100 % efectivo, hay
paladares de pocos añitos en su haber que no se someten a engaños.
Pero el consumo de naranjas por los niños (¡y adultos!) en épocas de
fríos, es por demás importante. Su sabor es ácido pero a la vez dulzón, lo cual
la hace muy aceptada, con ésta aceptación y su consumo, nos garantizamos la
ingesta de vitamina C que necesitamos, un eficaz antioxidante que (junto con el
contenido de luteína que contienen las naranjas), aumentan nuestras defensas.
Poseen además betacarotenos que se transforman una vez asimiladas en vitamina
A, ayudando a prevenir el envejecimiento celular. Su inclusión en la dieta nos
garantiza una mejora en la circulación y protege el corazón. Son a la vez,
diuréticas, por lo cual desintoxican; benefician el sistema glandular; su parte
blanca contiene hesperidina (un bioflavonoide), que contiene propiedades
antialérgicas, antivaricosas y antiulcerosas. Contienen también ácido fólico,
recomendándose su consumo para las gestantes. Ayudan a fijar el hierro de los
vegetales, por eso algunas líneas recomiendan acompañar las hojas verdes con un
jugo de naranjas. Tienen un abundante contenido de potasio, lo cual las vuelve
excelentes para los hipertensos. Aportan también calcio y fósforo.
Su presencia en ésta receta no es en absoluto tímida. El sabor de su
cáscara es el protagonista junto a un toque amarillo anaranjado de India,
infaltable en nuestra cocina, ideal para acompañar una tarde de mates con
compañeros y amigos en Yoga San Isidro:
Pan de Naranjas
Ingredientes
500 gr. de harina, 1 sobrecito de levadura, 3 cucharadas de azúcar, 1
cucharada colmada de leche en polvo, 1 1/2 cucharadita de sal fina, 50 gr. de
manteca, 250 cc. de agua tibia, cáscara rallada de 1 naranja, 1/2 cucharadita
de cúrcuma.
Preparación
Elaborar la esponja colocando en un bol el agua tibia y diluyendo en
ella 1 cucharada de azúcar. Incorporar 100 gr. de harina y sobre ella el
contenido del sobrecito de levadura. Batir bien y dejar fermentar el doble.
Una vez que ha doblado su volumen, colocar en un bol el resto de la
harina, la sal y el azúcar. Separar una parte de ésta mezcla de ingredientes
secos. Agregar la esponja e ir incorporando de a poco y suavemente la parte de
secos separada hasta que quede una masa homogénea. Volcar en una mesada enharinada,
incorporar la manteca y sobar bien.
Cortar la masa en dos partes y darles forma de bollos. Cubrir y dejar
leudar. Desgasificar y dar forma rectangular con un palo de amasar.
Enrollarlos, colocar los rollos en un molde o asadera enmantecada y dejar
leudar nuevamente. Luego, pintar con huevo batido, espolvorear con azúcar y
cocinar en horno moderado aproximadamente 30 / 35 minutos.
María de la Cruz Rojo
Fuentes
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